Hasta siempre, Erasmusu
La semana pasada dije adiós al día a día en Erasmusu. Me marcho de la empresa que creamos cuatro locos en el pleistoceno de Internet, en 2008, cuando Tuenti lo petaba. Es una decisión muy meditada y complicada, que me deja una sensación agridulce, pero ha llegado el momento de cerrar esta fabulosa etapa de mi vida.
Erasmusu seguirá adelante con fuerza, con un grandísimo y prometedor futuro. Hace ya mucho tiempo que Erasmusu depende de su equipo, que tiene la oportunidad y responsabilidad de hacer que ese futuro se haga realidad. Estoy convencido de que así será.
Pero, ¿por qué?
Han sido casi 11 fantásticos años dándolo todo por Erasmusu, por el proyecto y por los erasmusers. Pensando cómo y qué mejorar, dentro y fuera de la oficina, despierto y hasta dormido. Durante ese tiempo, he derrochado energía con cada nuevo reto, he vivido con niveles de ilusión máxima por cada paso que se iba dando. En definitiva, he sentido un entusiasmo a diario, mientras veía que nuestro sueño se hacía realidad.
No obstante, tanta liberación de adrenalina agota, ha llegado el momento de concluir este ciclo. Tras hacer realidad el gran sueño de crear Erasmusu y ayudar a convertirlo en la gran empresa que es hoy, el corazón me dice que busque nuevas aventuras donde seguir creciendo y aprendiendo.
Va a ser difícil para mí alejarme del día a día de la empresa que he fundado. Si he conseguido tomar esta decisión es porque estoy convencido de que la dejo en las mejores manos y que cuando vuele sin mí, llegará mucho más alto de dónde se encuentra hoy día.
Y, ¿qué pasa con Erasmusu?
¿Qué va a pasar? ¡Pues que lo va a seguir petando! Estamos haciendo un muy buen año, a nuestro estilo, cumpliendo la mayoría de OKRs, creciendo fuerte y en break even. Formamos parte de Spotahome Group, un grupo potente con respaldo de inversores tan bestias como Kleiner Perkins o Seaya. Y a pesar de que somos el hermano pequeño, la misión y valores de Erasmusu siguen tan fuertes como siempre. Y lo más importante, los erasmusers seguirán remando con fuerza, con equipos más maduros y experimentados que nunca, guiados por Javi, mi socio y nuestro CEO, dirigiendo el timón hasta aquí, contra viento y marea.
Erasmusu será cada día más fuerte, pues afortunadamente no depende de mí. Es mucho más que yo y que cualquiera de los erasmusers en concreto. Es una misión y unos valores por los que todo el equipo trabaja día a día. Yo no soy imprescindible para Erasmusu, sin embargo Erasmusu sí es imprescindible para mí: nunca dejaré de ser fundador de esta empresa y eso me hará sentir orgulloso allá donde vaya.
Por todo esto, a pesar de la tristeza que también siento al irme, me consuelo porque sé que vendrán cosas nuevas y muy buenas para Erasmusu. Mi salida también da al propio equipo una mayor independencia, más espacio y responsabilidad en la toma de decisiones, para lo cual está más que preparado. En gran parte por todos ellos, sé que Erasmusu seguirá creciendo y siendo un caso de éxito.
¡Gracias!
No puedo terminar este texto sin dar las gracias. Es evidente que yo solo no hubiera llegado hasta aquí. Es tanta la gente a la que me apetece mencionar que si me pongo en serio esto no acabaría nunca. Así que seré breve y daré muy pocos nombres para no dejarme a nadie hoy, porque esta sección merece un post exclusivo de agradecimientos.
Gracias en primer lugar a los que han sido mis socios iniciales, Adri e Iván, pero sobretodo gracias a Javi, por esa mente, personalidad y actitud fuera de lo ordinario. Gracias por respetarme y valorarme siempre tanto.
Gracias a mi pareja, familia y amigos íntimos por compartir las alegrías y las penas, escuchar las historias y empatizar con los problemas que contaba y los que no contaba, sintiendo cómo funcionaban los engranajes de mi cabeza.
Gracias a nuestros colegas de Spotahome: Artacho, Bruno, Bryan y Hugo. Habéis sido socios para mí desde incluso antes de cerrar la operación. Ha sido un placer unir fuerzas con vosotros. Gracias también a nuestros inversores por confiar en nosotros, en especial a Beatriz y Antonio de Seaya.
Y por último y más importante: gracias a todos los erasmusers por acompañarme todos estos años, desde los más veteranos, hasta las últimas incorporaciones, pasando por los que ya no están en Erasmusu, pero dedicaron un tiempo importante de su vida en remar en nuestro barco. Siempre os estaré agradecido por trabajar y creer en el proyecto que fundamos y que ya es vuestro.
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